27 marzo 2007

La Vieja Tronca en Fredes (Marzo'07)

Viernes 23
A las 17:00 me llama Alfonbrillas "Ya estoy aquí, no me he perdido". Correto, cambio de coche, distribución de enseres en el Picachu "¿Tú crees que cabrá otra bici aquí, Salinas?", comidica "patolfinde" en el comedero de los gatos (qué mal acostumbrados los tengo, animalicos) y tomamos caminico Alcañiz donde nos espera Santurriales. Bocatadillo jamonero, redistribución de enseres en el Picachu "Jodo, aun cabría otra más. Eras, tu Picachu es más grande que el mio ¿no?" y metemos el turbo-boost con Fredes en el punto de mira.
A las 8:55 hacemos la entrada triunfal en Fredes. Todo el pueblo con las banderolas, matasuegras, confettis, la charanga, las chirliders buenorras con los pompones... debían estar hibernando. Incluso Luiçao, el Masturbón Petante, estaba medio frito cuando aparecimos en la casa rural. Allí no había más que viento, muchooooooo.
Poco a poco (poc a poc en catalá) van llegando el resto de merluzos que conformarán el núcleo duro de la Vieja Tronca para esta cita; Ricard y sus mariachis, los naburros (Tonifardo, Arturo Fdez., Cudeiro y Tulembas), el vascorro Titozolber y los catalinos (Pájaro Loco, K-rol y Frodo ). Una vez arrejuntaos nos endosamos la mitad de las existencias de cebada en líquido, enchuflamos una cachimba, los mariachis flipan viendo cómo nos partimos la caja con el Félix y su lirón careto y Lucía The Stone nos dice con un delicado vaivén que ya va siendo hora de mimir.

Sábado 24
8:15 corriendo al baño a echar el pestillo antes de que lo invadan los bárbaros. Desayuno desestructurado con un montón de zombies que pululan por el salón-cocina preparando sanviches, engullendo cereales en remojo y vestidos de faena (menos el egipcio Alfonbrillas que sigue de faraón). A las 10 los mariachis deciden que es buena hora para empezar la ruta. Nos hacemos la foto de rigor en el pilón y metemos platillo para empezar escalando un "falso llano" de kilómetro y medio hasta el inicio del Portell del Infierno. En este punto unos aprovechamos para sacar a relucir protecciones nuevas (qué majas las troili, cómodas, ligeras y molonas, todo en uno. Vamos, jaaaaa, que me las quitan de las maaaanos...), otros para joderle la válvula al compañero, otros para colocarse la cámara en el casco y el resto a verlas venir. Nos despedimos de K-rol y de Frodo que harán su ruta opcional y nos tiramos Portell p'abajo al grito viejotronqueño de YAHAAAAAAA!!!!!!!!!!! Vamos haciendo paradicas a lo largo de los 6km. de trialera rota y pedregosa para recomponer el grupo, dar tregua a los antebrazos y reparar los trescientos pinchazos del mariachi Alex.
Llegamos abajo, almorzamos unas barritas, le damos el primer sablazo a la bota del Ricard que por solidaridad con Alex decide pinchar en parado y empezamos a subiiiiiiirrrrrrrr. Al poco de comenzar a Cudeiro se le pierde el último tornillo del platillo lo que nos hace agudizar el ingenio (a unos más que a otros) para solventar tan maño asunto. Al final y con tres tornillos se soluciona la papeleta y se continúa el "subiendus ininterruptus" hasta la paradica de comer. Segundo lijazo a la bota del Ricard, bocatadillos p'al buche y a seguir p'arriba. A la hora mi estómago se empeña en gastar todas las fuerzas en digerir y me deja las piernas en estado catatónico. Esto coincide con mi primer (y único) pinchazo del fin de semana lo que acrecienta mi estado de bajona. A partir de este punto la ruta para mí deja de ser divertida casi hasta el final y pedaleo más por orgullo que por fuerzas. Gracias a Santurriales y a Ricard por esperarme en el primer repecho después del pinchazo porque os juro que me dejáis sólo y no me volvéis a ver. Una vez en el Collado pillamos una senduca (p'arriba = poco divertida para mi) bastante chula que se transformaría en otra senda ratonera entre árboles mucho más chula y llana (aunque siguiese siendo poco divertida, jejeje) que nos lleva hasta un refugio en el que los mariachis deciden abandonarnos para tirar hacia Fredes por pista. Las prisas les apremian y aun así Alex se despide regalándonos una de las cosas que mejor sabe hacer; pinchar.
Tras la paradinha en el refugio para repostar glucosa en todos sus formatos emprendemos senduca ratonera p'arriba que se va haciendo muy entretenida y chula para los que no van con el Fundi, esto es, para mi. Y así llegamos al comienzo de la última trialera del día que nos lleva prácticamente a Fredes. Nos calzamos las protecciones y mientras me voy enchuflando los velcros se me va pasando la pájara. Hay que ver lo que se aprende en La Clau, jejeje.
La segunda y última trialera del día se las trae; mucho pedrolo juguetón, algún cortadico trialerable, raíces asesinas, bojes que juegan al Tragabolas contigo, un par de repechos de dejarte reventao y un paso de piedra de saber colocar rueda o echar pie a tierra. El caso es que haciendo el cafre llegamos a Fredes a las 17,30 como de costumbre; con una sonrisa de esas de "joer la que acabamos de hacer, compañero". Gracias a esta última trialera logramos que el tiempo en movimiento supere al tiempo en parado por primera vez durante la ruta dejándolo en un fifty-fifty, y con una velocidad media total de 4,6km/h. A la llegada comprobamos que o a los mariachis les ha salido un bolo en Beceite o andan más perdidos que el bañador de un esquimal. Santurriales (aborigen, sherpa y aun así buen mozo) y Ricard se van a buscarlos por el monte y (creo que) los encuentran. Al final el Alex lleva otro buen pajarón, seguro que de darle al manubrio.
Cervecicas, ducha, más cervecicas y al restaurante a seguir con las cervecicas. Berenjenas con boletus y cordero para casi todos y nos marchamos dejando a la Colonia Europea sin reservas de leche condensada ni patxarán. Una vez en casa seguimos la fiestuqui. Mientras Tonifardo se empeña en dormirnos a base de música indescriptible Alfonbrillas y Ricard nos deleitan con un repertorio de chistazos dignos del Edufrutus más genuino (Ponmacannei, qué mal abanica el negro). Una lástima que Bartolo no prospere, la peña no puede ya ni aplaudir a estas alturas. Y a mimir a las tantas, para variar.

Domingo 25
Se repite lo de la mañana del sábado con la salvedad de que esta vez los zombies son más zombies y más feos si cabe. Eso parece un desfile del Delfín por aquello de los peinados y las ojeras.
A las 9,30 estamos en marcha. Frodo nos hace de liebre (que no de pataliebre) en las primeras rampas subiéndonos las pulsaciones al límite. Cómo se nota que el zagal está fresco de ayer. Después de una bajada por pista con viento racheado que obliga a darle a los pedales empezamos una ascensión por una senda que está de escándalo. Pasos técnicos, maceteros naturales, bojes tragaboleros... nos llevan a un mirador impresionante en territorio aragonés (YAHAAAAAAA!!!). Allí aprovechamos la pérdida de una válvula por parte de Arturo Fdez. para descansar y entonar diversos cánticos espirituales en honor y alabanzas a los organizadores de la fiesta, merecidos por cierto.
Retomamos la ruta con la garganta aterciopelada y el culo más fresco que el del mandril que se bañaba en agua helada. Seguimos subiendo esta vez por terreno más abrupto hasta que llega la primera trialera de bajada del día. Nos lleva hasta la ermita de San Miguel. Pasamos de pararnos a rezar aunque Ricard le pega a un salto de metro. este chico apunta maneras... De ahí seguimos trialera p'abajo. Cudeiro se empeña en emular a Clark Kent sin consecuencias graves. Una vez abajo tiramos por pista un ratico para retomar la trialera del día, la que nos llevará hasta el rio Pena. Una bajada laaaaaarga y orgásmica con pedrolos hasta donde no debería haberlos que van dejando los antebrazos (sobre todo los de Diesel de pegar y despegar velcros) p'al arrastre.
Una vez que llegamos al rio empezamos a remontar por el cauce. Así como el año pasado eso estaba con agüita ahora estaba más seco que los huevos del Ken. Aun así el paisaje sigue siendo impresionantemente bestial. Llegan los rampones y toca meter molinillo de nuevo y tirar p'arriba. Esta vez el Fundi no me visita (de momento) así que contento. Tomamos la senduca que sigue subiendo y tras pasar a los pieses de Punta Muleta y de descender un ratico toca comer. Bocatadillos al buche, leche condensada pa tol quisqui y Alfonbrillas (en ese momento rebautizado como Alfonbrices por su querencia al dulce y a las piedras) se queda sin vino, ohhhhhh...
Y de nuevo toca subidita para hacer la digestión como mandan los cánones de la Vieja Tronca, o sease, por los cojones. Rampas que se van dejando subir en buena compañía con paradinha en una chabola de los aborígenes del lugar que manejaban la piedra mejor que el Nacho Vidal (hay que ver cierto vídeo para entender este comentario pero como el autor del texto soy yo lo dejo tal cual), paradinha que aprovecha el Cudeiro para quitarse un gran peso de encima. Titozolber se come buena parte del pestillo por estar en el sitio equivocado y seguimos p'arriba hasta el Tozal de los Tres Reyes desde el cual pillamos un cortafuegos p'abajo que nos lleva de nuevo hasta el inicio de la última trialera que hicimos el sábado (ole, ole y ole). Y para qué voy a repetir todo otra vez...
A las 16:45 llegamos a Fredes sonriendo como lerdos. Montamos los bártulos en los coches, algunos se duchan con agua caliente (otros lo dejamos con gran pena para cuando lleguemos a casa. Prefiero oler mal en el coche y que se jodan Albonbrillas y Santurriales a morir por congelación), le damos un repaso a la casa para que se quede escoflada y tras las despedidas de rigor tiramos cada mochuelo a su oliver.
Ale, permanezcan atentos a sus pantallas.

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