Decíamos ayer...
El viernes el tema metereológico pintaba más negro que el sobaco de un heavy. Cada vez que miraba por la ventana mi segunda personalidad le preguntaba a mi primera si realmente Ana estaba cuerda cuando decía que "mañana salimos en bici!". Por la noche se acercó el amiguete Gowan a casita para probar las delicias culinarias que un amiguete del pueblo me había mandado por correo, esto es; chorizos, longanizas y morcillicas de Aragón entre otras cosas. Ahí es nada.
Después de una cena libre de colesterol (por los cojones) y de quedarme frito 3 veces viendo una peli titulada "The fountain" (Totalmente recomendada por 9 de cada 10 dentistas por eso de evitarse la anestesia) decidimos irnos a mimir con la idea de que si por la mañana no llovía saldríamos a pedalear. En esos momentos estaba cayendo la mundial al otro lado de la ventana del salón y mi segunda personalidad seguía atribulada.
Resulta que abro el ojo y es sábado. Es lo que tiene dormir por la noche. Le doy un besico a Ana y me levanto a mirar el cielo, y... ¡Oh, milagro! ¿donde están los dosmil kilos de nubes que había ayer encima de Pontevedra? Literalmente se han esfumado. Mi segunda personalidad se da por vencida y empuja a la primera a la habitación para vestirse de pofesioná. Está visto que hoy pedaleamos sí o sí.
Desayuno para 3 a base de zumos de naranja recien exprimida, cafetico con leche y otras delicias del pueblo (magdalenas y roscones, media caja a tomar por culo). Pillamos las Patriots y la
Conor y decidimos que como somos unos paquetes de cuidao y los demás no tienen por qué estar esperándonos nos vamos a hacer una rutica por nuestra cuenta ¿A donde vamos? Venga, algo suavecito para ir calentando... Vamos a subir a la Fracha.
Metemos el ritmo tropical de costumbre, esto es; sin sufrir, y empezamos a tirar p'arriba. Las ruedacas de dosconcinco se agarran al asfalto como un gatico a un biberón. En estas que le comento a Gowan:
- Mon ¿y si mañana que dan lluvias nos vamos a Mondariz?
- ¿Mondariz? ¿A qué me recuerda esto? ¡Ah, sí! En el feisbuc hay una oferta que acaba el 31 de Enero que es... ¿hoy? y que dice que si te haces "admirador" del balneario te regalan una sesión durante el mes de Febrero.
- ¿No jodas? Cuando lleguemos a casa lo miramos.
Y seguimos subiendo al tran-trán hasta el mismo repetidor. 550 metrucos de desnivel acu
mulao en 7 kilómetros y medio. No está mal. Y sin poner un pie.
De allí no quedan más huevos que bajar así que vamos enlazando una pista con otra sin un destino definido. Ya iremos a parar a algun lado. Fotiquis de rigor en unas losas para la posteridad y decidimos tirar hacia Pontesampaio cuando nos localizamos en el espacio y en el tiempo. Pillamos un
PR marcado que ya hemos hecho en alguna ocasión con el temor de que vaya de agua hasta el ojal. Al final el temporal nos hizo ver que el agua iba a ser nuestro mal menor. Toda la bajada vamos montando y desmontando de las cletas para sortear los eucaliptos caidos sobre la senda. Lo más divertido era cuando se juntaban los árboles tumbados y la corredoira con un palmo de agua. Eché en falta alguna piraña hambrienta para redondear la escena. Por cierto... las botas goretex de Sinmango son acojonantes.
Al final llegamos enteritos a Pontesampaio. Con alguna herida de guerra sin i
mportancia pero sonrientes y medio petaos. Son las 4 de la tarde ¿qué hacemos? Yo llevo unas 3 horas con un arroz con costra rondándome por la cabeza (la culpa es de Ana que como buena gallega le da por hablar de comiditas cuando menos debe) y la verdad es que llevamos más hambre que el periquito de Carpanta, así que decidimos tirar por carretera hasta casa. Nada, sólo 12 kilometricos de ná... ¡Petación!
Llegamos a casita, ponemos el termostato a veintipico, duchita relajante, arrocito con costra pal buche y con el estómago lleno de granos miramos lo del feisbuc. Coño, pues es verdad. Venga, nos hacemos admiradores los 3 y mañana ya tenemos planning.
Esa noche vemos en el deuvedé una peli de suspense acojonante y sin cenar (es lo que tiene comer a las 6) nos vamos a mimir.
Abro el ojo y ¡voilá! Ya es domingo. Desayuno... blablabla.... y pillamos el Picachu y ponemos rumbo a Mondáriz para la ruta de hoy. A las 11 estamos a la puerta del balneario sin tener muy claro todavía si lo del feisbuc resultará. Entramos en recepción al más puro estilo "Oceans Eleven" por aquello de intimidar a la del mostrador.
- Muy buenas. Venimos para lo del feisbuc.
- ¿Lo del qué? - dice la muchacha con cara de chupar limones.
- Sí, verás... es una página de interné donde se hacen amigos, se cuelgan fotos...
- Ah... ¿Y?
- Nada, pues que ayer nos hicimos admiradores de este balneario y nos invitaban a una sesión por todo el morro.
- ¿SÍ? Es lo primero que oigo al respecto. Voy a llamar a Dirección.
Y nosotros allí con cara de "ahora es cuando vienen los seguratas y nos ponen de patitas en la fuente de agua que huele a podrido".
Conversación de la secretaria al teléfono: ¿Dirección? Sí, mira, es que tengo aqui a 3 gili... digo... personas que dicen no sé qué de una página de interné donde ponen fotos y hacen amigos y dicen que que les vamos a dejar entrar por su cara bonita... sí... fisbú, o algo así... si... no... Oquei.
- Sí, mirad. Que paséis a hablar con los de Dirección. Es que no tenemos ni idea de lo que nos estáis contando.
Y allí que nos vamos, pensando que somos los primeros pringaos en caer en la bromita de algún piratón informático que ha decidido divertirse un sábado por la tarde inventándose una promoción al azar.
- Muy buenas. Venimos para lo del feisbuc.
Ah, sois vosotros. Pues es que no sabemos qué es eso ¿Cara Libro? Mira, aqui tengo conexión a interné. Entra en esa web y le echamos un vistazo.
- Vale...
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¿Ves?
- Pues es verdad... Esperad un momento. Voy a hablar con el Director.
Y nosotros con la mochila cargada de chancletas, gorritos de baño, bañadores y toallas. Qué
previsión, señores.
- Chicos, tenéis razón. Es que la promoción empezaba hoy y aun no nos había llegado nada. Ya disculparéis. Podéis pasar, que disfrutéis, y tal, y tal, y tal...
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La ruta mañanera no ha estado nada mal. El desnivel acumulao no lo tengo muy claro, pero así a ojímetro habremos subido al primer piso a meternos en la sauna 3 veces. A 20 escalones por viaje calculad. El kilometraje tampoco ha sido mucho y no hemos sufrido en exceso. Saunas, baños turcos, jacuzzis, chorros de agua a los hombros, pediluvios... 3 horitas casi en total. Los dedos como pasas viejas y la piel como el culito de un bebé. Y lo mejor; una sensación de relax que ni el Dalai Lama con un gin tonic doble.
De camino a casa hemos parado en Vigo a endosarnos una barrita energética de pollo del PizzaHut y a recogerse.
Un buen fin de semana endulerdo, sí señor.
