26 junio 2006

¡¡¡VALLNORD!!! Junio 2006

Viernes 16, 19:00 horas, Camping Xixerella.
¡¡¡Ya estamos aquí!!! Después de 200 emails, cienes y cienes de euros en móvil, 350kms. de coche y un par de horas de retraso estamos a las puertas de lo que va a ser el festival "Fredi" por antonomasia, la polla en vinagre, la quedada de las quedadas, lo más... ¡Vamos a conquistar Vallnord!
24 somos los aguérridos (por no tratarnos directamente de destalentados, que sería lo más sensato) bikers que nos vamos a atrever a desafiar las sendas y trialeras del Principado. Poco a poco los bungalous que tenemos reservados se van llenando de gentuza. Los primeros en llegar, aparte de Krol, Eddy y yo, que hemos sido los más rápidos, son los bilbainos Ito, joXe y Saltamontes, que llegan casi a la par que el pamplonica Alex y el madrileño Carlos. Poquito más tarde desembarca la tropa de catalanes Toofastedie, Pariku y Toponoto.
Casi ya a cenar llegan la mayoría de los pamplonicas, Tonifane, Haizegoa, Jim, pLiSkEn, Camille, Txerremoto, Mikel y Javi Cuñao (bueno, 3 de ellos ya llevaban toda la tarde deambulando por las calles llenas de comercios de Andorra y subieron al camping con alguna dificultad para hablar con normalidad, jajaja), así que una vez llegada la hora de cenar pillamos los coches y en caravana nos vamos a un sitio que habíamos reservado por la tarde gracias a la colaboración de mi hermanita Bea y su chico Jordi (un besazo para los dos desde aquí, majos) y donde nos ponen hasta el moño de carnes del lugar por 18€ por cabeza, todo ello regado con vino tempranillo "on the rocks".
De vuelta al camping y antes de acostarnos decidimos preparar la jornada del sábado viendo en el portátil el espeztaluznante video "The New Guara's Disorder" mientras las cervezas vuelan juntocon el patxarán. Llegan Potxito, el Jipiese y FLY y ya estamos casi tod@s. Finalmente Tati no podrá venir y Janet se descuelga sólo por esta noche.

Sábado 17, 2:00 horas, Camping Xixerella.
Se van apagando las luces, se le ilumina la cara al Gusiluz del Jipi que comienza a roncar, se encienden los sueños... Mañana será otro día.

Sábado 17, 8:15 horas, Camping.
Que alguien me explique a mi de qué sirve ponerse el despertador a las 8,30 si a las 8,15 ya no hay manera de pegar ojo. Aquí falla algo y no soy yo. El caso es que para qué vas a continuar en la cama. Sales y ves máquinas a medio montar, gente a medio vestir… esto ya empieza a parecer algo serio.

Sábado 17, 10:00 horas, Telegüevo la Massana.
Todo el mundo está nerviosote en el hall que nos conducirá a la aventura. Las tarjetas, los seguros (“¿Si yo no me caigo para qué quiero un seguro?” “Chaval, tú eres un poco idiota…”), las firmas que eximen a Vallnord de todas las capulladas que puedas llegar a hacer a lo largo de 8 horas, las chicas de la ventanilla que a principio de mañana comienzan a estar estresadas frente a tanto panoli junto…
Media hora más tarde parece que tod@s estamos legalizados para empezar a hacer el cafre así que corriendo a pillar el primer telegüevo que pase no sea que ya no bajen más. Durante la ascensión a la Caubella, punto de partida de la mayoría de los descensos a unos nos invade un silencio de calma chicha y a otros nos da por largar como cotorras. Un sinvivir. Las máquinas, en el telecabina parecen saber lo que se les viene encima y no dicen ni mú. Algún crujido, pero es normal.
Una vez estamos los 23 chalaos en la terraza de la Caubella toca colocarse bien el casco, las máscaras y tirando p’abajo, que empieza el día.
Comenzamos bajando por el circuito de la Maxiavalanche. Parece que los navarros tienen algo que ver con el tema porque empezamos pedaleando p’arriba ¿para eso me traigo yo el casco integral y las protecciones puestas desde el punto de la mañana? Empezamos como de costumbre, y yo que venía a bajar… La cosa cambia tras un giro a derechas desde el cual no pararemos de bajar hasta la Massana. A la llegada caras de satisfacción, risas nerviosas, ojos desbordantes, respiraciones entrecortadas… y no estoy hablando de ninguna peli porno. Alguien dice de parar a tomar una cerveza antes de volver a subir. La respuesta es unánime “Tira a tomar por culo”.
De nuevo al telecabina que nos lleve a la cima, que hoy hemos venido a disfrutar.
Esta vez bajaremos por el DH2 (O circuito Anne Caro). Esta vez sí que es todo bajada.
El primer trocito de empalme hasta la carretera empieza con un salto. La primera vez ha sido una toma de contacto. Cada vez que subamos y tomemos ese salto va a ser un “a ver hasta donde llego esta vez” que me preocupa. Sendita con raíces corta pero bonita, cuesta del 15 con peralte posterior, tramo de carretera… y empieza lo bueno.
Las descripciones de las bajadas casi se las dejo a las fotos y así no os chafo el plan a los que subáis de ahora en adelante. Pero sí puedo decir que he encontrado de TODO. Pedrolos, sendas rápidas, peraltes guapos, saltos, roderas, rampas de madera (fácilmente esquivables, jeje), curvas imposibles, pendientes de bajar con sangre fria…
A la tercera bajada toca abrevar, que va haciendo calor. Unas jarritas frescas y algún bocadillo de jamón con tomate, unas buenas risas y a seguir bajando. El resto del día iremos alternando bajadas con paradas técnicas necesarias en el bar.
Una de las veces que estamos arriba vamos al WoodPark a ver qué se cuece. El primer peralte de maderas creo que no lo hicimos bien nadie, jejeje. Eso de llegar al comienzo, ver una pared vertical y no saber qué hacer… Yo acabé agarrado a las tablas, como una lagartija en una pared. Después unos saltos que se presumen divertidos, unas pasarelas chulas y un tramo de senda revirada para acabar en el telesilla de la Carbonera que nos devuelve a la Caubella de nuevo. Lo repetimos otra vez y ya la peña empieza a rajarse al camping, que las fuerzas van fallando.
Las mejores bajadas están por llegar. Nos quedamos 5 personas que nos aventuramos por el DH4 (para mí la más chula de las bajadas) a toda ostia. Impresionante.
La última bajada del día la haremos Jim, Toponoto y yo por el DH2 para irnos con buen sabor de boca. Remontamos en el telegüevo y por carretera bajamos al camping.

Sábado 17, 20:00 horas, Camping Xixerella.
Bañito rico y relajante en la piscina, sesión de ping-pong (el Txerremoto nos destroza posiblemente debido a su ascendencia china, qué callado se lo tenía el mandrilico) y pedazo de barbacoa a cargo del amigo FLY, que para celebrar su cumple loase a lo grande. El vinico barato pero bueno de Camille, los reservas y crianzas de Haizegoa, los patxaranes naburros y las cervezas de toda índole hacen que aflore la vena cómica de Eddy y Caperucita empiece a montárselo con el señor de la tienda de chuches porque era un pelín poroso y se tiraba de espaldas al mar.
El parte de bajas de hoy es:
-Pariku, caida en la primera bajada con resultado de traumatismo torácico y no sé qué más.
-Potxito, caida espectacular con rasguños diversos en la rodilla izquierda e inflamación.
-Txerremoto, roce con piedra con resultado de pérdida de parte del pamplonica en tierras andorranas. Nada grave.
-Krol, recaida en un esguince mal curado de cuando hizo la comunión.
Y creo que no me dejo a nadie ¿no?
A las 2, reventados pero más felices que Espinete en un campo de amapolas nos vamos a mimir.

Domingo 18, 9 horas, Camping Xixerella.
Hoy el personal no tiene ganas de ostias y decide levantarse “cuando diga el primero”.
Duchita mañanera, puesta a punto de las máquinas, desayunote rápido…
Tonifane, Potxito y Krol deciden hacer una ruta alternativa por Ordino así que nos abandonan. Mikel y Txerremoto deciden que esto del descenso no es lo suyo y se quedan por Andorra. Pariku muy a su pesar también…
Total que acabamos siendo 13 los avezados descenders que daremos cuenta de nuevo de los circuitos de Vallnord.

Domingo 18, 11 horas, Telegüevo La Massana.
La chica de ventanilla se echa a temblar cuando nos ve aparecer. Si ayer la armamos esta vez no va a ser menos. Hoy toca devolver las tarjetas de embarque y volver a cogerlas, volver a hacer los seguros (“Que digo yo que si ayer no me caí…” “Chaval, tú eres un poco más idiota de un día para otro”). Esta vez llevamos invitaciones para los forfets (Un millón de gracias, Luis), pero son nominales y hay peña que ha causado baja el día anterior que no los va a usar, toca pedir los DNI a la peña para que luego resulte que no hacen falta… en fin, un jaleo que al final la chica nos arregla a cambio de un café. Qué maja, mecagüenla…
Decidimos que hoy empezaremos en plan tranqui… por el DH4. Me coloco detrás de Miriam pensando que con la resaca de anoche no bajará fina. A las 2 curvas veo que o la tía se ha despeñado o baja mejor cuanto más cansada va. El caso es que hacemos toda la bajada sin parar y a la llegada estamos exhaustos. Cómo se nota el tute de ayer.
Bueno, a partir de ahora será más de tranqui. Vamos haciendo grupetes que nos iremos reencontrando bien en las bajadas o bien en la terracilla de las cervezas.
Realmente los antebrazos y las piernas empiezan a estar resentidos lo que obliga a unos a bajar más despacio y a otros a no frenar tanto, jejeje.
Tanto ayer como hoy el tiempo se ha portado de manera excelente. Si bien el viernes el tormentón de bienvenida que nos acompañó desde que entramos en Andorra hasta la hora de acostarnos nos dejó el terreno impresionante el domingo ya empezaba a estar seco y se notaba a la hora de ir detrás de alguien. Aun así las bajadas llegan a ser tan divertidas como las del sábado, y las cervezas igual de buenas.
Al mediodía los últimos en abandonar la Massana somos Eddy y yo. Llegamos de nuevo al camping bajando por la carretera, bañito en la piscina, cafetillo con la peña, cuentas pendientes (casi la vuelvo a armar y es que lo de las finanzas y yo es una relación odio-odio desde que se me rompió la hucha del cerdito)… y despedida y cierre. Cada mochuelo a su olivo.

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