15 abril 2008

La Sierra del Espadán, Benicassim






En esta ocasión nos marchamos a Benicassim, en Castellón, alli nos esperaban los anfitriones Maru y Chus, que se desvivieron desde el primer minuto por que todo saliera a pedir de boca, ¡y vaya si lo consiguieron!.




La ruta comenzaba cogiendo los coches para ir hasta el punto de salida, Val de Uxó, la sopresa inicial fue superior ¡menudo recibimiento! ¡ah no, que no era por nosotros.... joder que corte, todo estaba lleno de carpas... Maxxis, Santa Cruz, Scott, Intense... se estaba celebrando una prueba de descenso y había un ambiente "bicicleteril" sssstupendo... ¡estos descenders!




El caso es que, una vez nos habíamos preparado, comenzamos a ascender la Sierra del Espadán y rápidamente el asfalto se convirtió en cemento, éste en tierra, la tierra en piedras y, reducida la anchura, ya nos encontrábamos en nuestra primera senda del dia... cada vez mas empinada nos ponía en los 650 m. junto a la entrada del primer bajadón, una senda llena de piedras, colgada en la falda de la montaña y que serpenteaba rápida haciendo las delicias de los 16 que osamos recorrerla, menudas losas y escalones tan guapos.... asi llegamos a Chóvar, donde el calor ya empezaba a apretar y nos sumergimos en una fuente-abrevadero "azul piscina".



La subida que nos metimos entre pecho y espalda después fué antológica, y la senda que teníamos bajo nuestros pies igual de infartante...


Esta senda terminaba en un pedregal que Carolina se empeño en comprobar si eran todas de verdad y ¡lo eran! pobrecica, tuvo que dejarnos en ese punto porque los dolores no le dejaron seguir, seguro que cuando lea esto ya está mejor...
Ahi nos metimos la comida en ruta del día, bajo un alcornoque enorme donde nos fuimos pasando la bota de Ricard y, tras la foto de rigor, a seguir.
La última subida era de escándalo, unos rampones de los que hacen afición, muchos cercanos al 20% de desnivel, sino tenían más, ¡madredelamorhermoso!.



Tras cinco horas de ruta decidimos darle a la última senda-bajada-trialera que nos llevaría hasta los coches...



La ruta alternativa de los/las acompañantes no tuvo desperdicio, seguro que los Carmelitos tienen que subir el precio de la entrada después de nuestra visita...

¡No se lo montan mal, no!

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